jueves, 6 de enero de 2011

El lugar donde los pecadores se retiran

Trabajamos por encima de nuestra materia, el deseo de disfrutar. Este tiene que crecer todo el tiempo con el fin de que crezcamos, creando la forma de otorgamiento y equivalencia con el Creador por encima de este.
Es por esto que experimentamos el crecimiento del deseo como un desastre. Esto sucede cuando una persona está lista para ello. Está escrito, “La aflicción que viene a los pecadores  empieza con los justos”. En otras palabras, las formas negativas se revelan en aquellos que suelen ser justos, quienes realizaron un ascenso y se prepararon a sí mismos.
Los principiantes que no entiende el método todavía se desconciertan por esto, “¿Por qué después de todos los esfuerzos que hice, estoy experimentando tales estados negativos?” de repente se da la inspiración y uno se siente indiferente a todo. Sin embargo, con la experiencia llega la sabiduría y una persona se da cuenta que el camino a seguir atraviesa por descensos y oposición a la inclinación egoísta.
La meta espiritual siempre seguirá siendo una pregunta para mí, “¿Por qué avanzo? ¿Vale la pena que  vaya en contra de mi egoísmo, mi naturaleza? ¿Es normal que trabaje en tal descenso, sin ninguna aspiración o motivación? Una persona se siente miserable y sin apoyo, y experimenta su estado como indigno de este y como si no lo mereciera.
Este es precisamente el lugar sobre el que está escrito, “El justo caminará mientras que los pecadores  se retiran”. Todo el asunto se encuentra en que tenemos que salir de nuestra naturaleza. No debemos alimentarla ni inclinarnos a ella, sino elevarnos con el fin de ascender por encima de esta. Cada vez que una persona se prepara para un ascenso, le es enviada una nueva “sobrecarga en el corazón” entonces ascenderá incluso más alto. De esta manera la persona avanza en el camino espiritual.
(De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 05 de Enero 2011, Escritos de Rabash)

La entrada al Libro del Zóhar

El Zóhar, introducción, artículo “Itró” (Jetro), ítem 100: La semilla de David, la visión de los colores cambia en él, y es por eso que Samuel cometió un error, como está escrito, “No mires su apariencia”, puesto que en el otro lado estaba en Eliav. No fue así con David, ya que las formas de David están cubiertas por que las formas del otro lado fueron incluidas en sus formas, y la forma del otro lado apareció primero en él, pasando por encima los ojos durante un tiempo, y el corazón se alarma y teme.
Estamos equivocados en que trabajamos muy duro para entender sobre lo que habla El Zóhar, y mucho menos en la intención, la idea que tenemos que unirnos y revelar elZóhar dentro de la conexión entre nosotros. Sólo en la medida en que nos unamos, la imagen del Creador será revelada dentro de nuestra unidad, y no será nada parecida a lo que somos capaces de imaginar antes que nos unamos.
Nuestra unidad es el tiquete de entrada que nos habilita para ver y sentir las imágenes espirituales y cualidades sobre las cuales nos habla El Zóhar. Su suma total nos da la imagen del Creador. Sin embargo, si deseamos discernir lo que estudiamos sin necesidad de buscar una conexión entre nosotros, esto es llamado estudio externo,Klipá, un veneno mortal.
Si durante el estudio intento buscar la imagen que yo estudio, es Klipá. Por otro lado, si primero quiero revelar esa imagen a través del prisma de la unificación con el grupo, el entorno, y sólo después de la unificación trato de encontrar esa imagen espiritual sobre la que habla El Zóhar, entonces la santidad, otorgamiento, espiritualidad. Al final del día busco las formas de unidad y otorgamiento, y eso es lo más importante, mientras que en el primer caso, busco la imagen o la forma de recepción.
Por lo tanto debemos, en primer lugar, preocuparnos por la forma en que pasamos a través de ese prisma, la intención, la unificación con el grupo, el entorno. ¡Esto es muy importante! Sin esto no podemos ni siquiera debemos abrir el Libro del Zohar, puesto que puede convertirse en ya sea en un veneno mortal o en el elixir de la vida.
(De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 05 de Enero 2011, El Zohar)

Auto examen para el progreso espiritual

Pregunta: ¿Si no tengo algunas preguntas en el estudio, puedo avanzar no obstante?
Respuesta: Una persona tiene que comprobar por sí misma si está avanzando o no. ¿Cómo puede hacerlo? Al examinar si durante el estudio experimenta subidas y bajadas en su relación con los demás y rechazo por esto. Ahora solo necesito saber si estoy conectado con los demás y trato de revelar las imágenes que estudiamos en El Zóhar, la imagen del Creador, dentro de esta conexión.
¿Debo aspirar a ello? Sí, así es. ¿Qué tan fuerte es mi aspiración? ¿Cuántas veces durante la lección fui y regrese a estos pensamientos? ¿Cuántas veces durante este trabajo me sentí preocupado por los demás para que ellos también tuvieran esaintención? Entonces, el pensamiento colectivo de ellos también actuará sobre mí de modo que incluso si dejo estos pensamientos, de inmediato se volveré a ellos. En realidad, es bueno tener el mayor número de estas salidas y entradas rápidas cuanto sea posible.
Por esta razón, necesitamos el apoyo del grupo, y yo tengo que mantener constantemente el pensamiento acerca de la conexión. Este es todo mi trabajo. Estos signos me ayudan a evaluar mi progreso. Si dejo de pensar en la conexión y nunca más vuelvo a esos pensamientos, no avanzo.
Por lo tanto, no preguntes, examínate a ti mismo.
(31861 – De la 2º parte de la lección diaria de Cabalá del 05 de Enero 2011, “Introducción del Libro del Zohar”, artículo “Itró” (Jetro))

El nacimiento de la intención o MAN

El deseo de disfrutar es nuestra materia, mientras que la intención es su forma. Sin embargo, tú no tienes la intención o la forma hasta que el deseo de disfrutar se reúna con la Luz Superior y construya la forma en el momento de este encuentro.
Tú no puedes adquirir la intención del Creador por ti mismo. Sólo puedes volverte al Superior con tu plegaria (elevación del MAN), y entonces el MAD, elNHY del Superior, junto con su Luz Reflejada, desciende de Arriba. Y cuando la Luz Reflejada del Superior se vista en tu materia, de este modo, esta te dará una forma.
La parte inferior (NHY) del Superior que se viste en el inferior crea su forma. Mientras tanto, el inferior por sí mismo no puede hacer otra cosa que rogar: “Dótame con la forma del otorgamiento” Pero es el Superior el que decide de qué forma será, y por esta razón tenemos que anularnos.
Por lo tanto, el grupo puede suministrarme el deseo de recibir la forma del Superior, sin embargo, el grupo no determina esa forma para mí, sino que sólo suscita esta necesidad dentro de mí. Y cuando le pido al Superior, elevo el MAN, no dicto mi deseo a él. Si yo insistiera en tener una cierta forma, no sería otorgamiento.
Además, la Reshimó (gen de información) que determina mi plegaria ya está en mí. Al elevar MAN, elevo esa Reshimó, ese gen, de modo que el Superior pueda realizar unZivúg: una unión de las partes masculinas y femeninas, como cuando se concibe un niño. Esta unión se produce Arriba, mientras que yo recibo una forma ya lista que esta engendró.
Todas mis formas ya están inscritas dentro de mí, en la cadena de mis Reshimót. Yo no determino mi destino, sino sólo establezco la forma de la transición de una forma a la otra: o bien por el camino de la Luz o por el camino del sufrimiento. Sin embargo, las formas han sido ya fijadas, son definidas por la raíz de mi alma y su descenso a este mundo. Tengo que subir de nuevo siguiendo exactamente el mismo camino.
Yo sólo determino cómo voy a hacer la transición de un estado al otro: siendo empujado por los golpes o conducido por la Luz delante de mí. También decidiré si voy a avanzar rápida o lentamente, es decir, si voy a tratar de aprender del Creador o Él tendrá que enseñarme con un palo.
(31884 – De la 4º parte  de la lección diaria de Cabalá del 05 de Enero 2011, “La sabiduría de la Cabalá y la Filosofía”)

Todos los problemas conducen al grupo

Escritos de Rabash: “Peldaños de la escalera”, artículo “Qué significa la calamidad que llega  a los malvados, la cual comienza de los justos; en el trabajo”: “Los antiguos sabios dijeron: “la calamidad no llega al mundo a no ser que haya en él malvados, solo que primeramente proviene de los justos”.
Avanzar de manera individual, es imposible. La serie de descensos revela y descubre en la persona un gran egoísmo, y esta se pregunta a sí misma: “¿es acaso posible salir del egoísmo?” Y entonces la resuelta necesidad de salir de este, la conduce al grupo. Solamente allí, junto a los demás, puede invocar la fuerza que lo saque fuera.
Todos los intentos de salir por sus propios medios (ver la flecha roja en el dibujo) serán una derrota. No se puede hacer nada aquí individualmente, porque la persona debe corregir la ruptura, corregir la vergüenza, preparar la salida por sí misma en pos del prójimo. Por lo tanto todos los descensos vienen para llevarnos al agotamiento propio, para que por falta de alternativa nos dirijamos al grupo y por medio de este adquiramos el reconocimiento sobre la importancia del Creador. Esta importancia nos obligará a buscar salidas  y nos llevará a la decisión correcta: solamente en el entorno encontraremos fuerzas para avanzar.
Y entorno, así como lo comprendemos, es la forma y la imagen artificial. Solo que le parece a la persona como algo extraño, a propósito, para que pueda renunciar y desprenderse de su egoísmo, del deseo de recibir.
Y por eso, las calamidades llegan para revelar en nosotros más y más a los “malvados”, pero a la vez, caen sobre esos estados que se denominan “justos”.
(31844 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 5 de Enero del 2011, Escritos de Rabash)

En el camino hacia la fe

Pregunta: Cuando estoy pidiendo por la vasija de otorgamiento, siempre puedo darme cuenta que todavía no la tengo. ¿Dónde está el lugar para la fe aquí?
Respuesta: Alcanzar la fe es muy difícil.  Después de todo, significa cruzar el Majsóm (la barrera que nos separa de la espiritualidad). La fe es el atributo de otorgamiento (Jafétz Jésed), la propiedad de Bína, la Luz de otorgamiento, Jasadím (Misericordia).  Una fe completa es la Luz de Jasadím con la iluminación de Jojmá (Sabiduría).
Aquí estamos hablando acerca de un grado exaltado.  Para poder lograrlo, tenemos que elevarnos por encima de nuestro egoísmo, salir de Egipto (Majsóm), romper con el Faraón (el egoísmo en nosotros) y lograr la fuerza (propiedad) de la Luz o del Otorgamiento.  Este es el comienzo de la fe.
Entonces viene el periodo de los “cuarenta años en el desierto”, cuando estamos alcanzando la fe, el atributo de otorgamiento, construyéndolo por encima de nuestro egoísmo.  Luego de haber completado este periodo, recibo la fe que se eleva por encima de todos mis deseos, por encima de todo Egipto.  Ahora puedo entrar dentro de la fe completa, recibir dentro de la Luz de Jasadím la Luz de Jojmá, Su sensación y revelación.
Esa es la entrada a la tierra de Israel: el Egoísmo (Faraón) corregido por la Luz hasta el punto del atributo de otorgamiento (Jafétz Jésed) está trabajando ahora para recibir del Creador en aras del otorgamiento.  En otras palabras, tu deseo ahora esta aspirando directo al Creador (“Israel” es Iashár (directo) – Kel (el Creador)
(31479 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá “Por encima de la razón en el Servicio Divino”)

Presta atención al Creador

Sólo cuando empezamos a ensamblar las piezas rotas deAdám HaRishón (el primer hombre) en un todo, comenzamos a notar cómo todo lo que nos pasó en este mundo comienza a ubicarse en su lugar de alguna manera milagrosa.
Todos los eventos, desde lo más desagradable a lo más agradable, importante o no, inexplicable y aparentemente accidental se ordena y coincide con otras piezas a la perfección, hasta el más mínimo detalle.
Entonces, empezamos a entender la necesidad de toda la presión y crisis que el mundo está pasando hoy, así como los estados dolorosos que cada persona está experimentando en su vida particular. Todo esto ha sido designado exclusivamente para empujar a cada uno de nosotros hacia su lugar, misión, y su correcta realización. Si sólo prestamos atención a lo que el Creador desea hacer con cada uno de nosotros, si ejercitamos “No hay nadie más que él”, agradeciendo Su obra en nosotros y escuchándolo a Él, será suficiente.
Pero para escucharlo a Él, tenemos que prepararnos para ello con nuestras acciones, como se describe en “Haremos y escucharemos”, ya que escuchar lo que el Creador está diciendo significa haber alcanzado el nivel de Bína (escuchar es el nivel de Bína, un grado muy elevado). Por lo tanto, primero, ciertos actos deben llevarse a cabo, como se describe al permanecer de pie en el Monte Sinaí: “Haremos y escucharemos”.
Tenemos que pasar por el mismo proceso esforzándonos para estar más cerca unos a otros en los corazones, como un hombre con un corazón, y alcanzar la garantía mutua ayudándonos en unidad. Después de todo, sólo juntos, anhelando conectar todos nuestros puntos en el corazón, nuestros deseos, estamos reconstruyendo esta vasija rota (deseo), ensamblándola a partir de piezas, y restaurándola de nuevo.
(31439 – De la Lección 2, de la Convención en el desierto de la Aravá del 12/31/10)